martes, 17 de marzo de 2009

Lecturas recomendadas



EL VUELO DE LA REINA DE TOMÁS ELOY MARTÍNEZ

Uno de nuestros usuarios, El Alem Alem, nos ha hecho llegar sus comentarios acerca de un libro que acaba de leer, invitándonos a compartir el placer de su lectura.

También vosotros podéis enviarnos comentarios sobre vuestros libros, películas o discos favoritos. Remitidnos vuestras opiniones a nuestro correo electrónico bibcas@cervantes.es y las publicaremos en el blog.
Os dejamos con las palabras de El Alem

Acabo de apurar la lectura de la novela "el vuelo de la reina" escrita por Tomas Eloy Martínez (premio Alfaguara de novela 2002) cuyos acontecimientos rodan en la Argentina "moribunda" de los años oscuros de su historia contemporánea. Con un raro genio, el autor, además de trazar un cuadro minucioso de las plagas que royeron el aparato político de aquel entonces (miseria, corrupción a gran escala, estafa, nepotismo e instrumentalización muy atrevida de la religión) nos cuenta una extraña historia de amor entre dos seres distintos que, aparte la profesión, nada une. Por un lado, un cincuentón afectado por una soberbia tenaz y sin límites, posesivo hasta la enfermedad y, como si aquellos rasgos de carácter no fuesen suficientes, el azar lo dotó, además de una inteligencia superior, de un poder administrativo inmenso. Por otro lado una mujer treintañera hermosa, cultivada, perspicaz a la que el porvenir habría reservado éxito y celebridad si no se hubiera hallado en el lugar donde hizo el fatídico encuentro que causara su destrucción. Su crimen fue solamente de haber amado al dicho hombre y en seguida de haber tenido la ingenuidad de creer que podría deshacerse fácilmente de él después de que ella se enamorara de otro. La crueldad con la que la persiguió, la destreza y la pericia -yo diría el arte- que puso en construir la trampa en la que iba a caer la mujer que, a pesar de todo, él seguía queriendo pasionalmente hasta la locura, su inmoralidad (ni siquiera dejó de acechar a su presa, gozando y deleitándose de su lenta mas acerciorada decadencia hasta cuando agonizaba su hija hacia quien tampoco acudió al morirse) testimonian una y otra vez de que la naturaleza humana, por su profundidad, por el abismo de sus secretos, por la vía desconcertante a través de la cual nacen y se desarrollan los sentimientos, llevará mucho tiempo desconocida, quedando un teatro de guerra de nunca acabar entre el ser humano y su parecido.

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